Cloraminas en piscinas: qué son, cómo se forman y cómo eliminarlas

Las cloraminas son compuestos químicos que se forman cuando el cloro libre reacciona con materia orgánica presente en el agua, como sudor, orina, cosméticos o restos de piel. A diferencia del cloro libre, las cloraminas no desinfectan de manera efectiva y suelen generar mal olor e irritación en ojos y mucosas.

¿Por qué se acumulan cloraminas en el agua?

La presencia excesiva de bañistas, una ventilación deficiente (en piscinas cubiertas) o la falta de mantenimiento químico adecuado favorecen la acumulación de cloraminas.
Cuando el cloro reacciona con compuestos nitrogenados, forma:

  • Monocloraminas
  • Dicloraminas
  • Tricloraminas (las más volátiles e irritantes)

Estas últimas son responsables del característico “olor a cloro” que, en realidad, indica una desinfección deficiente.

Síntomas de una concentración alta de cloraminas

  • Olor fuerte en el área de la piscina
  • Irritación en ojos, garganta o piel
  • Picor en la nariz o sensación de ambiente cargado
  • Baja efectividad del cloro libre

¿Cómo eliminar las cloraminas correctamente?

Para eliminar cloraminas y restaurar la calidad del agua, se recomienda:

  • Cloración de choque: añadir una dosis elevada de cloro libre para oxidar los residuos orgánicos y destruir las cloraminas.
  • Mejorar la ventilación, especialmente en piscinas techadas
  • Mantener niveles adecuados de cloro libre y pH (entre 7.2 y 7.6)

En algunos casos se pueden usar oxidantes no clorados (como el monopersulfato de potasio) como alternativa.

Prevención a través del mantenimiento continuo

Una piscina con buena circulación, filtrado constante y análisis químico frecuente mantiene las cloraminas bajo control. También es recomendable que los usuarios se duchen antes de entrar al agua para reducir contaminantes orgánicos.


Controlar las cloraminas en piscinas no solo mejora la desinfección, sino que también crea un ambiente más cómodo y saludable para los bañistas.